Para empezar el fin de semana con ganas, hemos hecho una jornada “ligera” en Lyon. Hemos caminado unos 15 minutos hasta la estación de La Verpillière, hoy sí con nuestros corres, para coger el tren a Lyon, que tarda apenas 20 minutos.
De ahí sí que hemos hecho una caminata buena, una hora por la ciudad hasta el Institut Lumière, donde teníamos cita a las 10.30 para una visita guiada de la casa museo de la familia Lumière. Es impresionante que estos hermanos del 1.900 tengan entre ambos más de 160 patentes. No solo hablamos del ya conocido cinematógrafo, sino de la fotografía instantánea, la fotografía en color, gafas para operados de cataratas, además de ser tan modernos como para tener bajas por maternidad para sus más de 600 empleadas (de un total de 900 trabajadores), 30 años antes de que la ley francesa las incluyera. Y la casa es una maravilla arquitectónica Art Nouveau.
Luego hemos cogido el metro para dirigirnos al centro de la ciudad y comer nuestros picnic en la plaza de la Ópera, antes de posar en la Place des Terreaux donde se encuentran la fuente de Bartoldi, el Ayuntamiento y el museo de Bellas Artes.
Tras un nuevo paseo, pero esta vez con tiempo libre de compras por las calles comerciales peatonales, el metro nos ha llevado de vuelta a la estación y el tren de regreso al cole, donde nos hemos despedido para pasar el fin de semana con nuestras familias de acogida.
Pues con esta imagen del agotamiento, quedamos de nuevo el lunes a las 8.00 para contarnos todo lo que hemos hecho.